Si bien las protestas comenzaron ayer por la noche en la puerta de la Gobernación, este mediodía la situación se puso más tensa con la aparición de los efectivos de seguridad, que intentaron que los manifestantes depusieran su actitud con palazos, balas de goma y gases lacrimógenos.
En el enfrentamientos, varios jóvenes y mujeres resultaron heridos y subieron fotos y videos a las redes sociales para denunciar la brutal represión.
“Los comerciantes queremos trabajar sin restricciones. Nos cortan el horario y tenemos que cerrar a las 21. No nos dejan trabajar tranquilos”, dijo al canal Todo Noticias una manifestante, y agregó: “Hacen lo que quieren. Los comerciantes no tenemos sueldo fijo. Si no vendemos, no tenemos plata. No vivimos del Estado ni de planes”, se indignó, mientras detrás de ella se observaba una batalla campal.
Sin hacer lugar al reclamo de los formoseños, el gobernador Insfrán justificó la medida y defendió las políticas aplicadas en Formosa para enfrentar al coronavirus, a pesar de que muchos lo acusan de violar los derechos humanos con las restricciones impuestas: “Es la que tiene la menor cantidad de casos y de fallecidos en todo el país”, remarcó.
“Es una medida excesiva”, se quejaron los manifestantes ante la prohibición de la circulación de los medios de transporte públicos y la paralización de la Justicia, quienes se agolparon frente al edificio provincial y se defendieron arrojando piedras y huevos.
“Hace más de un año que venimos tratando de sobrevivir a esta crisis, dando manotazos de ahogado, y ahora el gobierno nos premia con esta Fase 1. Venimos a protestar pacíficamente y nos están tirando con perdigones”, se quejó un comerciante.
“Están tirando con perdigones, no con balas de goma”, declaró un comerciante gastronómico. Y agregó: “El abuso de poder y el maltrato que hay es increíble, ya no se puede más”.
Desde el comienzo de la pandemia, Formosa acumula 1.300 casos de coronavirus, con una población de cerca de 600 mil habitantes, y fue una de las últimas provincias junto con Catamarca en registrar su primer caso. Por la aparición de 17 casos en la capital provincial el gobernador decidió endurecer las medidas.
Las políticas de contención del virus fueron duramente criticadas por la oposición y los principales medios de comunicación, quienes denunciaron “violación a los derechos humanos” en dicho distrito, con principal foco en los llamados centros de aislamiento para contagiados.