Los servicios funerarios sin límite de invitados, pero a través del streaming, se siguen afianzando como servicio en las funerarias del mundo y Misiones no es la excepción.
“Es algo que vino para quedarse, lo cambió todo y ya nada será igual”, dijo a PRIMERA EDICIÓN el realizador Lucho Bernal Mateos al frente de la productora audiovisual Imacinética, que trabaja con algunas empresas funerarias, las cuales dan esa opción a sus clientes en la capital provincial.
“El ritmo es lento, hay que recordar que se trata de una novedad muy grande. Si bien las transmisiones de funerales no son algo nuevo, siempre se hicieron, por ejemplo, para despedir a personas famosas y ahora ya no es así, cualquiera puede contratar el servicio. El año pasado hubo demanda con altibajos, aunque nunca se cortó”, explicó el productor.
“La familia que decide optar por esta forma de ceremonia ya pregunta por el servicio. De hecho, nos han hecho saber que cuando contratan a la funeraria era porque tenían la posibilidad de compartir el último adiós del ser querido con integrantes del grupo familiar o de amigos que no podían estar presentes”, indicó.
Las empresas del rubro consultadas por este Diario todavía tienen que regirse con el protocolo vigente como medida para evitar la propagación del COVID-19.
En ese sentido, la cantidad de personas admitida está relacionada con el tamaño de la sala, porque se debe mantener la distancia social delimitada en dos metros, como mínimo. A esa misma distancia deben quedarse del ataúd, que no se puede tocar, abrazar ni besar.
“Antes de incorporar este sistema, la distancia era un problema para quienes vivían fuera de la provincia y se les fallecía un ser querido. Muchos que estaban imposibilitados de venir por cuestiones económicas o laborales, y sufrían a consecuencia de ello”, prosiguió. Con la irrupción del COVID-19 en el mundo y los cambios sociales, los funerales a distancia comenzaron a ser vistos de otra forma, analizó el productor.
“Es un trabajo sumamente delicado, toca las fibras más sensibles de una familia, y requiere mucha ética para funcionar y por supuesto, respeto a la privacidad”, señaló Bernal Mateos durante la charla.
“La transmisión está incluida en el paquete funerario y nos ha pasado que algunas familias, pese a no tener que pagar de más, deciden no hacerlo. Es muy normal que las personas crean que es como un vivo de Instagram y lo puede ver todo el mundo. Va a ser una cuestión de adaptación, pero sin duda es algo que vino para quedarse”, insistió.
“La novedad está dada por el hecho de que se transmite el último adiós de una persona no pública, pero si uno repasa la historia la transmisión de un funeral no es algo del siglo XXI o gestado por la pandemia. Siempre se transmitían funerales de los presidentes o artistas por la televisión abierta y era normal. En este nuevo escenario para particulares se resuelve la cuestión de que no se puede estar en la misma sala o en el mismo cementerio”, apuntó.
Por ese motivo, y para evitar cualquier suspicacia nunca se transmite en una plataforma abierta, sino que es a través de un enlace privado de Internet para que solamente puedan ingresar familiares y las personas que decida quien contrata el servicio.
Pocos cambios
Pese a que la irrupción de la novedad está por cumplir su primer aniversario prácticamente no hubo cambios técnicos en cuanto a la forma de transmitir, aunque sí hay que lidiar con la conectividad.
“Depende del lugar geográfico donde se realice la ceremonia,técnicamente dependemos de la cobertura de Internet que haya, sea por 4G o Wifi”, aseguró.
A casi un año de su irrupción, el costo sí tuvo un leve incremento, de alrededor del 12% con relación a 2020. De acuerdo a lo que pudo averiguar PRIMERA EDICIÓN en un sondeo informal con las funerarias, puede variar entre 7.200 pesos a 16 mil pesos aproximadamente.
fuente:PRIMERAEDICION