La rescatista Ivana Arzamendia halló a dos pequeños canes muertos que estaban atados a una roca a la vera del bypass de la ruta 105, en inmediaciones al barrio Santa Helena.
Un hecho aberrante y sin calificativos genera indignación y bronca en la comunidad mascotera de la provincia de Misiones. Se trata del macabro hallazgo de dos perros salchichas, el último domingo, que se encontraban sin vida, amarrados a una piedra con una especie de cuerda que rodeaba sus cuellos, a la vera del bypass de la ruta 105 en inmediaciones al barrio Santa Helena.
La rescatista de Garupá Ivana Arzamendia fue quien hizo público el caso en las redes, e incluso se acercó a la Comisaría local para efectuar una denuncia, y no descartó que se trate de un rito religioso.
“Pensé que eran unos perritos de la zona que siempre suelen estar por ahí sobre la ruta, cuando me acerco me doy cuenta que la situación era diferente, ellos estaban atados del cuello con una misma soga y la vez estaban atados con un cable a una piedra que era pesadísima, imposible de alzar”, relató con dolor a PRIMERA EDICIÓN, Ivana Arzamendia.
“Empecé a mirar detalles de ellos para ver si eran perros que estaban siendo buscados, si eran machos, hembras, detalles que uno tiene en cuenta cuando están perdidos en alguna publicación, y me di cuenta que uno de ellos no tenía ojos”, detalló.
Según las primeras averiguaciones de Ivana, nadie en la zona conoce a los perros o a los posibles dueños. “Al costado está el barrio Santa Helena, comencé a publicar en los grupos y nadie los conoce”, señaló. Indicó que en un primer momento no se le ocurrió qué les pudo haber pasado para que terminen así, aunque para Ivana “era evidente que fueron ahogados y después arrojados en ese lugar”.
Tras hacer público el hecho en redes sociales, una señora se comunicó con la rescatista para informarle que “se trataba de un ritual religioso. Desconozco del tema pero sí sé que hay ciertas religiones que hacen sacrificios de animales en estas épocas del año, los he visto con gatos y con gallos, pero nunca así de este tipo”, remarcó.
Por esta situación, es que los rescatistas recomiendan no entregar gatos en adopción durante el mes de octubre ya que muchos son sacrificados. “Nos comunicamos con la Policía del destacamento que está acá en el barrio Santa Helena para iniciar una investigación, o al menos para poder prevenir que vuelva a pasar algo similar”, destacó.
Es que de acuerdo a Ivana esta zona “no tiene iluminación, no tiene recorrido policial y ni un método de seguridad como para poder evitar estos casos de maltrato animal que son muy comunes. Queremos que haya un recorrido policial porque el bypass se convirtió en un basurero de perros. Por semana mínimo diez perros son rescatados de la ruta, mientras que los perros muertos son incontables. De noche no hay actividad y es tierra de nadie, todos vienen a tirar sus mascotas ahí”, advirtió.
En este contexto, Arzamendia sostuvo que “las leyes sobre tenencia responsable y protección de animales no se cumplen en Garupá. Las denuncias quedan en la nada, el municipio tiene ordenanzas aprobadas que no están siendo aplicadas, hoy en día abandonar o maltratar a un animal en Garupá es normal, queremos revertir eso y que la situación cambie”, manifestó. Y agregó que “hay más casos de abandono y maltrato animal que robos en el municipio”.
La rescatista consideró además que en este municipio “faltan políticas públicas, tareas de concientización y métodos de control poblacional de mascotas. No contamos con un Centro de Zoonosis activo, hay uno pero está inactivo hace varios años y no sabemos el motivo. No contamos con castraciones gratuitas, hay muchos perros que son comunitarios que quedan al cuidado de los vecinos a quienes se les hace difícil acceder a una esterilización, ya que cada procedimiento cuesta más de 5 mil pesos”.
Todo eso dijo “hace insostenible mantener a los perros que están en la calle, no tenemos el apoyo de la gestión actual, los animales no tienen derechos ni siquiera atenciones primarias. Es una lucha que venimos remando desde hace años y por el momento logramos que nos den tres castraciones al mes, que no abarcan ni el 5% de la demanda que tenemos”.
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