El Presidente recibió a los jefes provinciales afines en Olivos después de las advertencias de Massa sobre las consecuencias que podría tener el frustrado debate en el Congreso en las economías locales
En un clima político caliente después de la caída del Presupuesto para 2022 por el rechazo de la oposición en la Cámara de Diputados, el presidente Alberto Fernández recibió esta tarde a los gobernadores oficialistas en la quinta de Olivos, y les aseguró que no se frenarán las obras previstas en las provincias por el rechazo al Presupuesto 2022.
El encuentro se produce tras las advertencias que profirió el Gobierno en los últimos días sobre las consecuencias en las obras, planes energéticos y viales proyectados por la jugada de Juntos por el Cambio en el Congreso.
Según informaron fuentes oficiales, fueron convocados a la “reunión de trabajo” exclusivamente los gobernadores cercanos al Frente de Todos: Axel Kicillof (Buenos Aires); Raúl Jalil (Catamarca); Jorge Capitanich (Chaco); Gustavo Bordet (Entre Ríos); Gildo Insfrán (Formosa); Sergio Ziliotto (La Pampa); Ricardo Quintela (La Rioja); Sergio Uñac (San Juan); Alicia Kirchner (Santa Cruz); Omar Perotti (Santa Fe); Gerardo Zamora (Santiago del Estero); Gustavo Melella (Tierra del Fuego); y Osvaldo Jaldo (Tucumán).
A la salida, Quintela hizo un breve comentario sobre la reunión: “Vinimos a ver cómo nos podemos manejar. Dijo que iba a hacer lo posible, que iba a ayudar presupuestariamenre a cada provincia”, dijo el riojano, de buena relación con el gobierno nacional. Y se quejó por la actuación de la oposición: “Hay que reducir un presupuesto que con estas cifras de inflación…. lo que hicieron es inédito en la Argentina, le quitaron la herramienta principal al Gobierno que es el Presupuesto”.
“El objetivo fue analizar la agenda de distribución de obras, que tiene que ver con el voto negativo del Presupuesto público por parte de la oposición”, dijo Capitanich en un video grabado desde la Quinta Presidencial. “Eso nos obliga a trabajar en una agenda de identificación de obras, y de transporte público de pasajeros y energía. En consecuencia, tenemos una reunión prevista para el viernes próximo con los detalles, y el lunes a las 17 horas vamos a estar escribiendo la prórroga del consenso fiscal”, informó.
El cónclave, convocado por la Presidencia, del que participaron también el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello, el jefe de Gabinete, Juan Manzur, y el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, empezó pasadas las 13 y terminó cerca de las 16. Se produjo a puertas cerradas, después de los repetidos y febriles contactos que hubo entre el Ejecutivo y las provincias la semana pasada, en paralelo al debate en el Congreso.
Durante el miércoles y el jueves, los principales funcionarios del Gobierno se acercaron a esos jefes provinciales para negociar los apoyos al proyecto del oficialismo. El ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, y el jefe de Gabinete, Juan Manzur, les preguntaron qué obras necesitaban y prometieron ensanchar las erogaciones para llevarlos a cabo a cambio del respaldo legislativo de “sus” legisladores. Incluso recibieron a varios de ellos en la Casa Rosada. Después, los jefes provinciales expresaron apoyo al Gobierno públicamente. Pero los esfuerzos no fueron suficientes.
Tras la frustración en la votación final en el recinto de Diputados, la primera plana del Gobierno salió a marcar los problemas que representaría la falta de un nuevo presupuesto en la ejecución de esas obras, cruciales para las provincias porque impulsan la economía en un contexto de fuerte crisis, con altos niveles de desempleo e inflación. Y que, además, les permiten mostrar gestión después del revés en las elecciones legislativas en las cuales el oficialismo perdió en la mayor parte del país.
El presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, quien estuvo a cargo de las negociaciones en el Congreso y resultó golpeado por el fracaso, envió el domingo un mensaje a los gobernadores, donde les advirtió que ahora deberán rehacer sus presupuestos o recortar gastos. Generó así una fuerte reacción de la oposición: los titulares de los Ejecutivos de Corrientes, Gustavo Valdés, y los diputados que responden a Juan Schiaretti en Córdoba, así como el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, salieron a responderle, en una escalada del conflicto que se arrastra desde hace cinco días. En tanto, había inquietud entre los gobernadores oficialistas, que salieron a su vez a cuestionar a JXC.
La caída del Presupuesto fue un revés para el Gobierno en el marco de las negociaciones con el FMI para refinanciar la deuda de 44 mil millones que contrajo la administración de Mauricio Macri en 2018. Aunque culparon a la oposición por no dar apoyo, en el Frente de Todos hubo, también, críticas internas y búsqueda de responsabilidades por el traspié en el tramo final de las conversaciones con el Fondo.
Hoy, Alberto Fernández buscó calmar los ánimos en las sedes de poder del oficialismo en el interior. Junto a la CGT y los movimientos sociales, los gobernadores se transformaron en una de sus principales bases de apoyo político, en especial después de las PASO, cuando las internas con el kirchnerismo se enconaron. Aunque en los últimos meses hubo señales de conciliación con el Instituto Patria, la disputa interna está latente y el Presidente necesita de los caudillos provinciales para propiciar la gobernabilidad y llevar adelante su proyecto de reelección para 2023.
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