Huracán cortó el invicto de Boca en la Copa de la Liga y hasta lo pasó en la tabla. Cóccaro, de cabeza, hizo el único gol en la Bombonera.
Un golpazo para Boca, sí. Y un Globazo para Huracán, por supuesto. Una derrota que al local (en su regreso a la Bombonera) lo llena de dudas, sobre todo por su flojo nivel, a dos partidos del superclásico (sus hinchas, por las dudas, ya cantaron el “cueste lo que cueste” para la séptima fecha). Y un triunfo por 1 a 0 que posiciona en la zona B al equipo de Kudelka, por el momento y el impacto histórico de la victoria: venía de ganarle a Vélez y volvió a vencer al Xeneize después de 12 años (no ocurría desde 2010).
No le salió a Boca el plan inicial. En realidad, no le salió nada. Pero el sistema con enganche que Battaglia quiso probar al poner a Romero otra vez de titular (incluso con la mira puesta en el superclásico), no funcionó. Ojo, de entrada pareció que sí. Ahí, de arranque, hasta los 15 minutos, el Mellizo y Pol Fernández intercambiaron posiciones y conducción, Advíncula y Sandez fueron por las bandas y Orsini tuvo un par de aproximaciones que daban la sensación de que el local, en cualquier momento, iba a golpear a Huracán.
Sin embargo, rápidamente, ese juego asociado se fue diluyendo. Boca perdió el control de la pelota y Romero, a pesar de pedirla, no pudo asistir como lo había hecho por Copa Argentina. Pol también buscó hacerse cargo, pero a los dos le faltó un ladero: Juan Ramírez. El ex San Lorenzo estuvo desaparecido y terminó reemplazado. Al igual que Villa, extrañamente desconectado, sin peso ni desequilibrio.
En efecto, esa sensación de equipo partido fue lo que sufrió Boca durante gran parte del encuentro. Y lo que aprovechó a Huracán, que se cerró bien atrás, que jugó un partido inteligente y que de a poquito se fue agrandando, sobre todo en el segundo tiempo. Así, en definitiva, llegó el gol del Cóccaro: un cabezazo justo, no tan imposible para Rossi, que sentenció el partido.
A esa altura, Battaglia ya había cambiado su idea inicial. Puso a Zeballos por Ramírez y a Vázquez por Villa, para seguir teniendo un extremo como el Changuito y apostar al doble nueve con el Flaco y Orsini (Advíncula también pasó a jugar prácticamente como volante). Sin embargo, siguió teniendo los mismos problemas de elaboración y, ya con Huracán 1 a 0, al local todo se le hizo cuesta arriba.
fuente olé
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