Juan Ángel Chemes tenía un bolso con pertenencias y dinero que desapareció. Se aguarda el análisis de un cuchillo y ropa de los sospechosos. La autopsia confirmó ensañamiento.
Si bien para los investigadores del brutal homicidio del empleado municipal Juan Ángel Chemes (73) el caso estaría resuelto, ya que los propios familiares apuntaron las sospechas hacia uno de los hijos de la víctima, todavía quedan cabos sueltos para develar la trama completa.
El bolso y el dinero de Chemes aún no apareció, confirmaron los voceros. Foto: Daniel Villamea
Rencores, peleas y denuncias previas fueron indicios suficientes para que desde un primer momento la presunción de la autoría material del hecho recayera en Julio Alberto de Jesús C. (32), uno de los 15 hijos que tuvo Chemes con su esposa.
También fue demorado Alejandro Mariano S. (17), hermano de la concubina del detenido, quien recuperó la libertad ayer al mediodía por disposición del Juzgado Correccional y de Menores de Oberá.
De todas formas seguirá ligado al expediente y puede ser imputado ya que la pena del delito que se investiga tiene una condena mayor a dos años. Asimismo, fue notificado de la prohibición de acercamiento hacia el grupo familiar de la víctima.
El adolescente es oriundo de la ciudad de Pilar, provincia de Buenos Aires, y se hallaba en Oberá desde diciembre, donde arribó para pasar algunas semanas y terminó extendiendo su estadía.
Familiares y vecinos de Chemes definieron al menor como violento, al punto que declararon que varias veces intimidó a personas con un machete, lo que de entrada lo puso en el radar de los investigadores.
En las horas posteriores al hecho la Policía allanó el domicilio del hijo de Chemes -donde transitoriamente residía su cuñado- y procedieron al secuestro de un cuchillo y prendas de vestir que fueron remitidas al laboratorio de la Policía para el correspondiente análisis químico en busca de rastros genéticos de la víctima. Al cierre de esta edición aún no había avances al respecto, precisó un vocero.
Homicidio y robo
El hecho que se investiga se registró el pasado viernes, alrededor de las 5.15, en el barrio Londín de Oberá, circunstancia en que la víctima transitaba a pie por un camino terrado rodeado por malezas, recorrido que hacía a diario para tomar el colectivo que lo llevaba hasta el centro para dirigirse a su trabajo.
Chemes era empleado municipal y prestaba servicio en el Jardín de los Pájaros.
Según la autopsia, falleció a consecuencia de una herida cortante profunda a la altura del cuello, lo que derivó en un shock hipovolémico, es decir una grave hemorragia. También presentaba golpes y excoriaciones en diferentes partes del cuerpo, lo que marca el ensañamiento del o los agresores.
Desde un primer momento los familiares estimaron que fue abordado por más de una persona, ya que Chemes sabía defenderse -fue carnicero durante gran parte de su vida- y siempre portaba un cuchillo.
Por ello se presume que lo esperaron ocultos en la maleza y fue asaltado por espalda, lo redujeron y degollaron, tras lo cual arrastraron su cuerpo unos 50 metros hacia el interior del monte.
En tanto, más allá de los problemas previos con su hijo, se presume que el móvil fue el robo ya que al momento del hecho la víctima llevaba alrededor de 70 mil pesos en efectivo.
Parte del dinero estaba destinada para un préstamo a un amigo y el resto era para pagar una cuenta.
La plata estaba guardada en el interior del bolso que todos los días llevaba al trabajo. Hasta el momento las pesquisas y rastrillajes no lograron dar con el bolso ni el dinero.
Al respecto, entre los indicios que señalaron al menor ya liberado se destaca que la misma mañana del hecho se dirigió al centro y compró un par de zapatillas de 12 mil pesos.
Custodia policial
Julio Alberto de Jesús C., ahora el único detenido por el hecho, residió varios años en Buenos Aires, donde conoció a su concubina, tras lo cual regresó a Oberá y se instaló en el terreno de sus padres junto a su mujer. La pareja tiene tres hijos menores.
En más de una ocasión la víctima le recriminó a su hijo por el estilo de vida que llevaba con su pareja, ya que consideraba que descuidaban y maltrataban a sus niños.
Además, durante años la mujer habría atizado la mala relación entre su pareja y el padre, a decir de los familiares del fallecido.
Por el momento la concubina del detenido continúa viviendo en la misma casa, por lo que se cruza a diario con la esposa y demás familiares de la víctima.
La relación actual es tan mala y las sospechas son tantas, que a pedido de otro hijo de Chemes la Justicia dispuso custodia policial permanente en el lugar.
Con relación al hecho, Julio Chemes, hermano de la víctima, insistió en que “sin dudas tuvieron que ser por lo menos tres los atacantes, sino no hubieran podido. Aparte no sólo lo emboscaron y mataron, sino que lo arrastraron para esconder el cuerpo y se tomaron el trabajo de tapar con tierra la sangre que quedó desparramada por todos lados”.
Comentó que estaba al tanto de las amenazas previas del hijo y pidió que la Justicia actúe con todo el rigor del caso.
“No puedo entender tanta saña, tanta locura contra un hombre que toda la vida trabajó y crió a sus hijos con mucho esfuerzo. Ahora lo único que pedimos es que los culpables paguen”, subrayó.
“Le tenían bronca”
Antonio Chemes, hijo del fallecido, echó luz sobre el conflicto previo que podría haber desatado el baño de sangre. Contó que durante años su padre trató de corregir el rumbo adverso que guiaba la vida de su hijo Julio Alberto de Jesús y su concubina, sobre todo por la preocupación que le generaba la crianza de sus nietos.
Ocurre que residían en el mismo terreno y veía que los padres no les prestaban adecuada atención a los chicos por el consumo de alcohol y otras sustancias.
“Papá siempre se opuso a la forma de vida que tenían y los malos tratos de ellos con sus hijos. Les marcaba que estaba mal lo que hacían y eso fue llevando a una relación muy conflictiva”, indicó Antonio.
Aseguró que su hermano y la concubina “le tenían bronca por eso, porque papá no podía ver a sus nietos en esa vida que llevaban como consecuencia de lo que hacían los padres. Les corregía y trataba de que tengan algo mejor, pero en vez de entender, reaccionaban y lo atacaban, y eso llevó a que cometieran semejante ataque, planificado y en el que seguramente intervinieron más personas”, opinó abatido.
De todas formas, a pesar de las sospechas de la familia e indicios, hasta el momento la principal responsabilidad se enfoca en el propio hijo, aunque no se descarta que con el avance de la investigación se ordenen nuevas detenciones.
Fuente, El Territorio.
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