Hay un implicado en el ataque que terminó con la vida de Joaquín Coronel; desde la Aprevide señalaron que la fiscal de la causa investiga la participación de un ex futbolista.
Otra vez un joven fue la víctima fatal de un ataque salvaje, planificado, con el único objetivo de enseñar fuerza, control y poder. Joaquín Coronel fue el domingo a ver el clásico entre Luján y Alem, por el campeonato de la primera C, pero murió este lunes, producto de las heridas de balas; desde el Hospital Municipal de Luján confirmaron que en el momento del deceso el simpatizante tenía muerte cerebral. El despiadado ataque dejó también como saldo una veintena de heridos, seis con impactos de bala, que fueron derivados al nosocomio público y a la clínica privada Güemes, aunque todos permanecen fuera de peligro y algunos de ellos ya fueron dados de alta.
La fiscal María Laura Cordiviola, de la Fiscalía 10 Descentralizada de Mercedes, está al frente de las averiguaciones y fuentes policiales señalaron a LA NACION que el dirigente César Ramírez, vocal titular del equipo de General Rodríguez, fue detenido, tras ser identificado como el conductor de un Chevrolet Corsa blanco, uno de los ocho vehículos en los que se trasladaron los violentos y desde los que se abrió fuego contra los hinchas lujaneros. La carátula de los delitos, en principio, es homicidio agravado, lesiones agravadas y lesiones leves agravadas todo ello por el uso de armas; atentado y resistencia a la autoridad. En el mismo operativo fue aprehendido un hombre de apellido Pare por encubrimiento agravado, dado que se trata del titular de un vehículo Renault Sandero color bordó que se identifico junto a los demás vehículos identificados en el hecho del pasado domingo.
Los allanamientos, en los que estuvo presente la fiscal Cordiviola y agentes de la UFI 10, se direccionaron sobre siete domicilios en General Rodríguez. Uno en la cancha del club Allen, otro en su sede social y los cincos restantes en domicilios particulares de personas o vinculados a personas que podrían haber participado del hecho. En la sede social se secuestro un arma de fuego, aunque por su tipología no estaría vinculada al ataque. En uno de los domicilios particulares se secuestraron dos gorras de la DDI y una credencial de arma de fuego, además de teléfonos celulares. El resto de los objetivos tuvieron resultado negativo. No se descartan próximas medidas tendientes al esclarecimiento del luctuoso episodio.
“El partido ya estaba comenzado [se jugaban 14 minutos del primer tiempo], el público local y los allegados y dirigentes del club visitante estaban en la cancha y fue cuando irrumpieron estos malvivientes con ganas de romper el espectáculo público. Llegaron a la puerta de la cancha, quisieron entrar por la fuerza y la policía quiso impedirlo; sacaron las armas y abrieron fuego”, relató Eduardo Aparicio, titular de la Aprevide (Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte).
Sin embargo, los familiares y amigos de Coronel –que anoche realizaron una marcha que se dirigió desde la casa de la víctima, en el barrio Padre Varela, a la municipalidad y a la comisaría; también se reunieron con la fiscal Cordiviola–, tienen una mirada diferente. Los testigos del ataque comentaron que la fuerza de seguridad actuó después de que se produjera el ataque, con disparos de bala de goma para dispersar.
“Hace 10 años que en el fútbol argentino se juega sin público visitante. No pueden pasar estas cosas, es muy lamentable. Nuestra hipótesis es que el móvil es exclusivamente futbolístico. El pasado 12 de junio tuvimos otro hecho con el club Alem, en un partido que jugaban de local [frente a Excursionistas]: se requisó un colectivo y se encontraron armas de fuego y armas blancas. Se detuvo a ocho personas y todo quedó en proceso de investigación. Siempre trabajo de otra manera con los clásicos, por eso esta vez en lugar de 60 policías afectados pedimos que fueran 90; finalmente, en la cancha, hubo 78″, argumentó el titular de la Aprevide, que en la charla con TyC destacó que “la fiscal de la causa está detrás de un ex futbolista”.
De la cantidad de personas que participaron del ataque, el número varía entre 20 y 35, ya que los agresores se movilizaron en ocho vehículos, incluida una camioneta. “Al estar tan cerca de la autopista eso les permitió llegar rápido y darse a la fuga como si nada, pero sabemos quiénes fueron y vamos a dar con los responsables”, agregó Aparicio. Un dato que deberá ser investigado es la facilidad con la que los agresores accedieron hasta la puerta de la cancha: tratándose de un clásico, y aunque no se habilite la presencia de hinchas visitantes, los operativos de seguridad suelen ensayar cortes en las calles aledañas a la cancha.
Deportivamente, el partido se suspendió a los 14 minutos del primer tiempo y Aprevide informó que Alem deberá jugar como local en un estadio distante entre los 50 y 100 kilómetros de su sede y a puertas cerradas.
La Asociación del Fútbol Argentino, mediante un comunicado, lamentó y condenó enérgicamente los hechos y se puso a disposición de la Justicia para colaborar con la investigación. “Se elevarán también los respectivos informes al Tribunal de Disciplina para que tome la intervención de su competencia, mientras que se continuará trabajando para seguir combatiendo esta clase de episodios provocado por un pequeño grupo de inadaptados, que no hacen más que opacar la verdadera fiesta que genera el fútbol”.
FUENTE, LA NACION