La respuesta oficial es declarar la primera alerta de su historia por calor extremo.
Los británicos observan estos días con una mezcla de júbilo y pavor cómo el termómetro sube y alcanza récords históricos. Y, mientras las barbacoas no dan abasto y muchos se alegran por poder colocarse por fin las sandalias y las bermudas y dormir -sí, se puede- sin manta, lo cierto es que las altas temperaturas están colapsando partes de un país que no está adaptado para el calor intenso.
Algunos servicios sde transporte público han tenido que ser cancelados y los bomberos de algunas localidades inglesas trabajan sin parara para hacer frente a los incendios desatados por las altas temperaturas
Lo que en algunos países caribeños podría considerarse el invierno, en Escocia es una ola de calor: tres días seguidos con temperaturas por encima de los 25 grados. En Inglaterra, algo menos fría, el termómetro tiene que subir por encima de los 28 para que sea considerado una ola de calor. Los más de 40ºC que se alcanzaron esta semana superan todo lo imaginable por los británicos hasta ahora.