Andres Carbalo tiene 37 años y hace poco comenzó con un emprendimiento en Oberá. Día a día se supera y no le tiene miedo a los límites; tiene una discapacidad motriz pero eso no le impide llevar adelante su trabajo.
Es oriundo de la Capital del Monte y tiene un problema; no se cansa de superarse día a día. Con su emprendimiento, que comenzó en su vivienda, pasa el tiempo y además ayuda a la economía familiar.
Andres se dedica a la elaboración artesanal de ladrillo block. Según relató, solamente necesita de agua, una palita, cemento y mucha predisposición para poder llevarlo a cabo. Un verdadero ejemplo.
La historia de este trabajador dice que, por una tragedia, perdió las dos piernas en un accidente hace 10 años, en Buenos Aires. Tuvo problemas con las drogas pero logró superar esa etapa gracias a la contención de su mujer y sus dos hijos. Ahora espera por otro bebé.
Aquella tragedia no impidió que pueda desarrollar su vida normalmente. Sin embargo, una operación de traqueotomía le impide poder hablar normalmente. Pero si, trabaja día a día con su emprendimiento para ayudar con la economía de su hogar.
A pesar de su problema motriz, Andres elabora ladrillos blocks en su vivienda de Oberá. Según cuenta, las herramientas que tiene son prestadas y solicita a la población colaboración para poder aumentar su producción y así vender más.
“Estamos esperando otro bebé y entonces para comprar las cosas él decidió comenzar a hacer los ladrillos. Un vecino le donó el molde para que empiece a hacer”, comentó Sandra Baez, esposa de Andrés contó que él tiene un problema en el habla.
Sandra contó que los primeros ejemplares fueron vendidos a penas pusieron a la venta. “Por suerte estamos vendidos, la primera tanda de ladrillos compró todos los ladrillos. Estamos por comprar más material para seguir elaborando”.
Un hombre de la casa
Por otro lado, Sandra contó que Andres, a pesar de su dificultad para movilizarse, realiza las obras dentro de la vivienda. “Él construyó el piso, las paredes, todo. No tiene problema en trabajar, con lo que cobra con su pensión, se las arregla y compra”.
“Ricardo, un primo de él, lo ayuda para poder realizar los ladrillos”, cuenta Sandra.
Además, comentó “estamos vendido a 100 pesos la unidad del ladrillo. Tenemos pedido de más vecinos que quieran”.
“La verdad que lo admiro mucho, a pesar de no poder caminar se las arregla para hacer las cosas. Otras personas quedarían con lo que tiene pero él se supera”, comentó Sandra que vive en el barrio Caballeriza, sobre la calle Neuquén.
fuenste MOL
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