«Encontrarle así a mi mamá fue muy duro, es difícil asimilar semejante golpe», dijo Juan Kowalczuk. Esta tarde fueron demorados dos sospechosos y en paralelo se espera el informe forense. «Pido justicia».
El asesinato de la jubilada Ramona Cardozo (61) fue un duro golpe para los habitantes del barrio Mate Rojo de Oberá, más aún para su familia, que hasta el momento no tiene certezas de cómo la mataron, quienes o por qué motivo. «Era una persona súper sociable, buena, muy solidaria y hace poco comenzó a disfrutar de su jubilación después de trabajar durante muchos años como ama de casa», reseñó su hijo, Juan Kowalczuk (31).
Contó que su mamá vivía en una casa situada sobre la calle Holanda junto a Lorena, una hija de 34 años que padece una discapacidad motriz. «Ella era la que le cuidaba, le daba los medicamentos y eran muy unidas», explicó el hombre, mencionando que con sus propias hijas hace algunos días habían estado en la casa. «Les encantaba venir a pasar el rato con la abuela», mencionó.
«Si bien no vivíamos con ella tratábamos de estar en contacto y nos llamó la atención que no haya dado señales el fin de semana, comenzamos a indagar hasta que finalmente denunciamos su desaparición en la Comisaría Tercera», contó Juan, admitiendo que «nunca esperaba que iba a terminar de la peor manera».
Esta tarde fueron demorados dos sospechosos que podrían tener relación con el hecho y se supo que vivirían en la calle. En paralelo el titular del Juzgado de Instrucción Dos, Horacio Alarcón, espera el informe del Cuerpo Médico Forense del Poder Judicial relacionado a la autopsia, a partir del cual se sabría con rigor científico la causa de muerte y si fue abusada sexualmente, lo queb se presume porque el cuerpo estaba semidesnudo.
Incertidumbre
De acuerdo a lo que le fue informado de manera oficial, la última conexión de WhatsApp de su madre fue el viernes 16 a las 2 de la madrugada. En consonancia con eso, valoró como «importante» el testimonio de una mujer que «admitió haber estado con mi mamá hasta alrededor de esa hora aunque en ese punto aparece la incertidumbre porque no sabemos cómo terminó en ese lugar donde sola nunca iría, aunque esta mujer dice que fueron juntas y estaban tomando junto a otras personas pero eso es imposible. Por su cuenta ella no iría a un lugar así por lo que estoy seguro que la llevaron por la fuerza».
«Que había estado en el cajero de la terminal es una de las versiones que aparecieron pero la realidad es que no sabemos lo que hizo en esas últimas horas o con quien estuvo. Porque si fue al cajero iba a regresar por la avenida Asunción, que es iluminada, segura y más directa hacia la casa, no cierra que con esa posibilidad se haya alejado para ingresar por la calle Quito que es oscura, peligrosa y se sabe que en ese descampado se juntan a tomar e incluso hay gente de la calle que duerme», analizó Juan.
Duro golpe
«Encontrarle así a mi mamá fue muy duro, es difícil asimilar semejante golpe. Y por más que no me la van a devolver más les pido (a las autoridades) que se haga justicia y se determine con certeza qué pasó, quié le hizo eso, por qué y por más que sean personas de la calle, como dicen, vayan presos y sean condenados», reclamó.
En esa línea aseguró que «confío en la justicia, deposito mis esperanzas en que van a poder resolver este asesinato. No voy a dejar de insistir y reclamar para que sea todo claro y que quien mató a mi mamá pague las consecuencias».
Trillos y preservativos
Este diario recorrió esta mañana la zona donde fue hallado el cuerpo sin vida de la jubilada, situado a unos 50 metros de la ruta nacional 14 y alrededor de 100 metros de la rotonda de la terminal de ómnibus de Oberá.
Existe un trillo principal de ingreso y hacia los costados varios más que conectan hacia una especie de cobertizos hechos con ramas y los propios árboles y arbustos de lugar.
Decenas de preservativos usados, colillas de cigarrillos y botellas de bebidas alcohólicas marcan la presencia constante de personas que frecuentan ese descampado convertido en escena del crimen, haciendo terriblemente inseguro el tránsito de la gente por la zona.
Fuente, El Territorio.
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