Siete goles en el primer tiempo, con el Pepe Sand, el máximo goleador en actividad del fútbol argentino, como espectador de lujo desde el banco de suplentes. Un segundo tiempo que no se quedó atrás y que mantuvo la emoción hasta el último minuto final.
En cada uno de los goles se pueden observar y destacar los defectos en la marca. Sin embargo, cuando un encuentro de Primera División sale de la mediocridad que reina en el ámbito local, vale destacar la postura de ambos equipos que tuvieron con objetivo principal el arco de enfrente. Al fin y al cabo, el objetivo del deporte más popular del mundo son los goles y hubo a montones.
Ganaba 2-0 Lanús con un gol a los 49 segundos de Troyansky y un penal de Leandro Díaz. Pero el Tomba se recuperó con una gran definición de Allende y un espectacular tiro libre de Abregó. Después hubo una ráfaga del Granate, con dos buenas jugadas colectivas, primero con el desborde de Aguirre por izquierda y la definición de Díaz entrando por derecha y luego con una parecida definición de Orozco, cada vez más sólido y titular en la propuesta de Kudelka.
El descuento de Salomón Rodríguez, luego del rebote que dio Acosta tras un fuerte remate de Allende, permitió vislumbrar un segundo tiempo emocionante. Además, en el ida y vuelta, el primer tiempo terminó sin ningún amonestado, una muestra más de la buena dinámica que tuvo la primera etapa.
Sin embargo, aunque el encuentro no perdió dinámica y velocidad, hubo apenas un gol por una situación en la que tuvo que intervenir el VAR y que Baliño decidió cobrar mano de Facundo Pérez después de ver varias veces la jugada. Fue el Ruso Rodríguez, quien ya había anotado con Arsenal, y selló un empate en 4 goles para el aplauso general.
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Fuente, Clarín.