La Justicia dispuso la prisión preventiva para Agustín D.R. (24), el joven que fue acusado de secuestrar por cuatro días a su novia de 17 años en la localidad de Itacaruaré, además de torturarla, violarla y enterrarla viva en diciembre del año pasado. Así manifestaron diversas fuentes judiciales consultadas.
Lo último que informaron fuentes pertinentes en el caso es que el proceso se encuentra en la Cámara de Apelaciones, en la que determinarán si el imputado por “coacción leves, agravadas por el vínculo y ensañamiento” seguirá detenido o no.
Cavar su propia tumba
Agustín D.R. (24), quien era pareja de la menor, llevó a la joven a la fuerza a una chacra familiar y durante más de cuatro días la sometió y violentó de diversas maneras al punto de obligarla, bajo efectos de psicofármacos, a cavar un pozo para su propia tumba donde la enterró.
No obstante, según sus propios testimonios, la menor logró salir de la tumba por haber puesto las manos sobre su rostro, lo que fue clave para poder deshacerse de la tierra que la cubría. Luego de lograr salir del pozo, pudo huir a pie por un monte que se encontraba detrás del predio en el cuál estaba sometida.
Después de varios kilómetros, se encontró con una casa y una familia que la auxilió y le brindó ayuda para poder volver al domicilio de su madre.
Ya con su familia, la joven advirtió todo el escalofriante episodio que le tocó vivir. María, la mamá de la denunciante, al oír la confesión de su hija se dirigió rápidamente a la comisaría de San Javier para radicar la denuncia contra el joven de 24 años. Allí se pusieron de manifiesto las heridas sufridas por la menor después de haber estado sometida durante cuatro días en la chacra de familiares de Agustín D. R.
El médico policial que examinó a la víctima detectó múltiples hematomas de 10 a 15 centímetros de longitud por 2 a 3 centímetros de ancho. En su informe médico también manifestó que la adolescente “presenta excoriaciones múltiples cubriendo ambos miembros inferiores y superiores, múltiples lesiones similares que cubren completamente la espalda, múltiples hematomas en el rostro y lesiones en el cuello”.
Ya con su familia, la joven advirtió todo el escalofriante episodio que le tocó vivir. María, la mamá de la denunciante, al oír la confesión de su hija se dirigió rápidamente a la comisaría de San Javier para radicar la denuncia contra el joven de 24 años. Allí se pusieron de manifiesto las heridas sufridas por la menor después de haber estado sometida durante cuatro días en la chacra de familiares de Agustín D. R.
El médico policial que examinó a la víctima detectó múltiples hematomas de 10 a 15 centímetros de longitud por 2 a 3 centímetros de ancho. En su informe médico también manifestó que la adolescente “presenta excoriaciones múltiples cubriendo ambos miembros inferiores y superiores, múltiples lesiones similares que cubren completamente la espalda, múltiples hematomas en el rostro y lesiones en el cuello”.
Detalles del hecho
“Él tomó una tableta entera de pastillas de clonazepam. Yo vi que la cara de él estaba cambiando, tenía cara de loco y ahí empezó”, había relatado la chica ante este matutino al día siguiente del acontecimiento.
“Yo le decía que era por la pastilla que se puso así, me hizo tomar dos y ahí me llevó al monte, detrás del gallinero. Yo gritaba, pero nadie estaba cerca de nosotros, no había vecinos”, continuó.
Ante la consulta de cómo fue su huida, la joven había manifestado que luego de poder salir del espacio en el que fue enterrada, “corrí unos cuantos kilómetros, no sé cuántos. Llegué a una casa donde una mujer y el marido me bañaron, me dieron ropa y me pagaron el remís para que venga. La mujer llamó a mi mamá. El marido de la mujer dijo que me pagaba un remís porque me querían ir a buscar en moto y él (Agustín) me podía ver. Estaba toda mi familia esperando, llegué y fuimos a la comisaría”, explicó.
Respecto a los duros momentos que le tocó vivir ese día, la víctima indicó que “no me acuerdo muchas cosas por la pastilla esa que te hace perder la cabeza”, agregando que lo que sí recordaba era que “él me golpeaba, me tiraba contra las cosas, me marcó con varas. Me hizo cavar un pozo, pero se hizo de noche entonces iba a seguir al otro día. Él quería que me metiera en el pozo, me puso ahí y me tapó toda mi cara con un montículo de tierra”.
Al ser consultada sobre el vínculo con el agresor, la joven comentó que lo conoce desde hace más de dos años. “Nos conocimos en el barrio, los primeros días todo bien, él trabajaba, era carpintero. Un año todo bien, sin pegarme, me trataba bien. Después le conocí, me conoció y empezó a hacer eso”.
“Yo viví con él en la chacra, pero me fui porque él no cambiaba. Por las cosas que fuma no quería trabajar, entonces yo me fui de ahí”, contó la joven, quién confesó que luego de alejarse de manera definitiva del imputado, dos semanas después se fue a un camping, donde estaba él. De ahí la llevó a la fuerza a la casa en la que estuvo secuestrada.
Fuga y posterior captura
En referencia a Agustín D.R. (24), estuvo prófugo por varios días hasta que fue rastreado por la Policía de Misiones y luego capturado por la Policía entrerriana mientras se trasladaba en dirección a Buenos Aires.
La detención del imputado fue siete días después de haber huido, cuando fue apresado en el puesto caminero Brazo Largo, sobre la ruta nacional 12, kilómetro 119. Según voceros de la fuerza de seguridad entrerriana, procedieron a que se detenga la marcha de un camión que era rastreado desde Concordia, donde corroboraron que efectivamente “el señor D.R. se encontraba como pasajero en el transporte”, manifestó Cristian Van Derdonckt, el responsable operativo de la Dirección de Prevención y Seguridad Vial de Entre Ríos.
Fuente, El Territorio.
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