Un bebé recién nacido fue rescatado de una letrina en la localidad de San Vicente y se recupera en Posadas tras las primeras atenciones en esa localidad. La madre, según se reconstruyó, es una adolescente de 17 y se investiga las circunstancias en las que dio a luz.
Según detallaron fuentes policiales, el caso se conoció el sábado en horas del mediodía, cuando efectivos locales fueron requeridos en el nosocomio por los médicos en razón de la llegada de un recién nacido.
Una comisión fue hasta el sitio y reconstruyó mediante los médicos que un hombre de 63 años – se reserva su identidad – había dicho que encontró al menor en la letrina de su casa.
Detalló que tiene una hija menor de edad que estaba embarazada, pero que el viernes se descompensó y, tras ser atendida, tuvo que ser trasladada e internada en Posadas.
La joven fue llevada con su madre y al hombre, abuelo del menor, le dijeron luego que había tenido un aborto de 16 semanas. Aclaró de todos modos que no sabía con precisión en qué instancia de embarazo se encontraba su hija.
Sin embargo pasaron las horas y el hombre escuchó los llantos de la criatura en la letrina, que está a varios metros de la vivienda, en la parte exterior. Dijo que estaba en condiciones críticas de salud y por eso lo llevó al médico.
La médica que lo atendió la derivó al Hospital Madariaga y hasta ayer se aguardaba un nuevo parte médico sobre su salud. En este contexto no se sabe aún si la joven abandonó al niño o no supo que lo había tenido.
Antecedente
El caso hizo recordar a Santiago Jara (25), joven agricultor y vendedor ambulante, que vive en el Paraje Parejhá, de Colonia Victoria, quien el 27 de abril del año pasado salvó a un recién nacido de una letrina en desuso. El hecho ocurrió justo cuando cumplía años, por lo que sintió que se trató “ de un regalo especial”.
Es que en esa jornada, mientras estaba alimentando a los animales y viendo sus cultivos escuchó los gritos de la gurisada desde uno de los lados de su casa, “eran los chiquitos y una vecina que me estaban llamando porque habían escuchado llantos en una letrina”, relató Santiago al recordar aquella fecha en diálogo con este diario.
Al acudir al lugar, que era un baño precario abandonado, en el pozo de metro y medio vio al bebé que fue abandonado apenas horas después de haber llegado al mundo.
“Muchos tenían miedo porque me decían que no le toque, que podía tener problemas, pero cómo íbamos a dejar a la criaturita en el pozo. Ni se me pasó eso por la cabeza, ahí nomás tiramos abajo el baño de madera y me metí al pozo y lo agarré como estaba, me ayudaron un vecino y una vecina que trajo una frazada”.
El joven pudo lograr que trasladen al niño al hospital, donde fue puesto a salvo.