La modelo rosarina Araceli Torrado denunció al extenista por acoso sexual y hostigamiento; la causa penal fue archivada y existe una demanda civil.
“¿Querés que sea honesto? Sí, la puse ese día. No la puede ver porque no sé qué quilombo hay que quilombo con Internet. No se puede ver. No pude ver nada”, así, el extenista David Nalbandian le reconocía a su exnovia, la modelo rosarina Aracele Torrado, que había instalado una cámara para filmar lo que sucedía en la habitación del departamento de Palermo donde vivía la joven.
Torrado, representada por el abogado Martín Olari Ugrotte, denunció a Nalbandian por delitos como acoso sexual y hostigamiento. La causa, por falta de pruebas, fue archivada por el Ministerio Público Fiscal porteño. La modelo también hizo una presentación civil y el extenista no se presentó en la mediación.
La conversación en la que Nalbandian reconoció que instaló la cámara en la habitación del departamento donde vivía Torrado ocurrió en junio pasado. La denuncia de la modelo fue al mes siguiente.
“De acuerdo a lo que se infiere de los dichos de la denunciante, se infiere una situación de violencia contra la mujer y doméstica bajo la modalidad, simbólica, psicológica, emocional y de acoso sexual. Ha de considerarse asimismo la asimetría de poder atento al lugar que ocupa el denunciado por la actividad profesional que desarrolla”, según un documento de la Oficina de Asistencia a la Víctima y al Testigo del Ministerio Público Fiscal de la Ciudad, al que tuvo acceso LA NACION.
La causa recayó en la Fiscalía en lo Penal, Contravencional y de Faltas porteña N° 18. El expediente fue archivado en primera y segunda instancia. Según fuentes judiciales, los investigadores determinaron que “rogar para volver no es hostigamiento por violencia de género”.
El abogado Olari Ugrotte explicó a LA NACION que van a impulsar el proceso civil. “Para nosotros los hechos están probados. En la denuncia penal habíamos pedido medidas de prueba y medidas de protección”.
En la conversación, Torrado le espetó a Nalbandian: “No sé si viste algo o no viste nada. Te cagaste en todo. No entiendo el afán de haber querido espiarme hasta los pelos de la nariz”. Pusiste una cámara que da directo a la cámara. No puedo creer hasta dónde fue tu cabeza”.