Aparte de los costos más elevados, en la mayoría de los supermercados hay solo una marca por producto sin gluten, lo que anula la posibilidad de elección del cliente.
Convivir con la celiaquía es un desafío en lo económico, no solo porque son pocas las opciones de alimentos certificados sin TACC (trigo, avena, cebada y centeno), sino porque esas pocas alternativas que hay en las góndolas son más caras que los productos con gluten. Así lo demostró un relevamiento que realizó PRIMERA EDICIÓN en supermercados de Posadas.
En dicho análisis se buscó comparar el precio de una serie de nueve alimentos comunes que integran la canasta básica, con nueve alimentos sin TACC del mismo tamaño o peso.
A su vez, el relevamiento tomó como referencia las opciones disponibles más económicas que había en las góndolas, tanto en los productos comunes como en los productos gluten free.
En ese sentido, cabe recordar también que, en la mayoría de los supermercados, hay solo una opción de marca para cada producto sin gluten, a comparación de los productos comunes que sí cuentan con una variedad de marcas para elegir. Es así que el producto que más llamó la atención en cuanto a diferencia de precios fue la harina. La opción más barata de una harina de trigo 0000 de un kilo cuesta 135 pesos; un kilo de harina premezcla cuesta 1.608 pesos, es decir 11 veces más.
Cabe destacar que, si bien la premezcla (una harina apta para consumo celíaco) es la opción más usada para reemplazar recetas con harina de trigo, existen otras alternativas de harinas sin gluten como la de arroz. Sin embargo, éstas no son económicas. La opción más barata de harina de arroz de medio kilo cuesta unos 749 pesos.
Siguiendo con el análisis, en los fideos también se registró una diferencia significativa de precios. Por ejemplo, un tallarín común cuesta 202 pesos, y un tallarín de la misma marca pero sin gluten vale 387 pesos. Lo mismo sucede con los fideos tirabuzón. Mientras los comunes están a 109 pesos, los sin gluten valen 439 pesos, es decir cuatro veces más caro.
En cuanto a las galletitas dulces, unas “pepas” de membrillo comunes de 200 gramos valen 194 pesos, y las del mismo tamaño pero gluten free están a 374 pesos; es decir, casi el doble.
En lo referente al aceite de girasol, el más barato certificado con el sello sin TACC de 1,5 litro cuesta 847 pesos; uno común de la misma cantidad, 741 pesos. Si bien parece una mínima disparidad, hace la diferencia en el momento en que a un celíaco, principalmente de escasos recursos, no le queda otra opción que comprar. Además, si el cliente quisiera optar por aceites “mezcla” (que son significativamente más económicos que los de girasol) no podría hacerlo, ya que estos tipos de aceites carecen de la certificación “sin gluten”.
Otro de los productos con diferencia más significativa son las tapas para tartas (tipo pascualina) y para empanadas. La tapa para tarta común cuesta 235 pesos; la sin gluten, 572 pesos. En cuanto a las tapas de empanadas, la común vale un mínimo de 164 pesos; mientras que la versión apta para celíacos, 441 pesos. Finalmente, la premezcla para hacer bizcochuelos. Se observó que la opción sin gluten cuesta 447 pesos; la común más económica, apta para todo consumidor, 221 pesos.
Si sumamos esos nueve productos entre los comunes, el total es de 2.305,50 pesos. En cambio, los sin gluten suman 5.779 pesos, es decir un 150% más.
Por otra parte, si bien por ley está estipulado que las obras sociales den un reintegro mensual a los afiliados con diagnóstico de celiaquía para la compra de alimentos sin gluten, el monto de 2.672 pesos del año pasado estaría ya desactualizado, según los mismos pacientes celíacos.
Conforme el relevamiento hecho por este Diario, esta cifra no alcanzaría ni a cubrir los primeros cuatro productos de la lista: una harina, dos paquetes de fideos y unas galletitas dulces.
Fuente, Primera Edición.
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