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POSADAS- Se realizó esta mañana la audiencia pública para debatir un nuevo incremento en la tarifa del transporte urbano. El representante de las empresas abrió la jornada reclamando un incremento del precio del boleto que se ajuste a la solicitud oportunamente presentada ante el municipio, aunque no mencionó ninguna cifra. Luego el Defensor del Pueblo reconoció que a pesar de la instrumentación del SUBE Misionero, siguen sin conocerse los números reales del sector. Ambos se retiraron sin escuchar qué tenían para decir los casi 300 usuarios que se habían anotado para tomar la palabra, que entre otras cuestiones reclamaron por falta de frecuencias, incumplimiento en el compromiso asumido por las empresas en relación a la accesibilidad, recortes arbitrarios en los recorridos, falta de higiene en las unidades, malos tratos de los choferes y paros intempestivos.
Poco más de un centenar de usuarios cuestionaron en duros términos la calidad del servicio de transporte urbano de pasajeros de Posadas y su zona de influencia durante la audiencia pública realizada esta mañana en el Centro de Convenciones de la capital provincial, bajo la coordinación del secretario de Gobierno municipal, Fabián Florentín. El hacinamiento dentro de las unidades fue la queja más reiterada, mientras que los habitantes de barrios más alejados cuestionaron a las empresas por reducir frecuencias y modificar recorridos sin autorización de nadie ni aviso previo.
También hubo críticas al gremio de choferes, a quienes los usuarios acusan de actuar en connivencia con las empresas para tomar como rehenes a los usuarios cada vez que van al paro. Consideraron que si a las empresas no les resulta rentable prestar el servicio, deberían retirarse y se deberían volver a licitar todas las líneas.
La actividad comenzó con el testimonio del representante de Empresarios Unidos del Transporte Automotor (EUTA), Facundo Zárate, quien defendió “el derecho de las prestatarias a una contraprestación justa y a una readecuación periódica del cuadro tarifario de acuerdo a normas vigentes”. En línea con lo que viene manifestando la EUTA desde mediados de este año, remarcó la necesidad de aplicar una “urgente readecuación tarifaria” e hizo un diagnóstico poco menos que ruinoso de la situación económica de las prestatarias.
Tal como ocurriera en la audiencia pública de año pasado, el representante de la cámara empresarial dominada por el grupo Zbicozki, se retiró del recinto ni bien terminó su exposición, denotando nulo interés por los testimonios de los usuarios que se aprestaban a tomar la palabra.
Lo siguió en el orden de oradores el Defensor del Pueblo, Marcelo Cohen, quien advirtió que a pesar de los insistentes pedidos formulados a las prestatarias, desde la oficina que conduce no cuentan con ningún dato certero en relación al servicio de transporte urbano y consideró necesario que se exija mayor transparencia antes de definir un nuevo aumento del boleto.
Advirtió que las empresas no cumplieron con muchos de los compromisos asumidos durante la negociación del último incremento tarifario, especialmente en lo relacionado a construcción de refugios en las paradas, incremento en las frecuencias y extensión de los recorridos.
Finalmente exigió que se reemplace la Sube local por la nacional.
Terminada su intervención, Cohen escuchó solo un par de testimonios de usuarios antes de retirarse del lugar.
Lucía estuvo entre los primeros usuarios en tomar la palabra. Calificó como deficiente al servicio y cuestionó duramente al representante de las empresas por retirarse sin escuchar a los demás. “Viajamos como ganado, nos toman de rehenes todas las veces que van al paro junto con los choferes y encima ni siquiera tienen la decencia de quedarse a escucharnos”, dijo
En la misma sintonía, Yanice pidió que “no usen de variable de ajuste al pueblo para incrementar el capital de las empresas” y Juan pidió a las prestatarias que dejen de arriarlo como si fuera ganado. “Estoy cansado de viajar amontonado, como una vaca. El empresario reclama su derecho a lucrar, nosotros exigimos nuestro derecho a acceder a este servicio público. Si a las empresas no les cierran los números, que permitan que participen otros empresarios, que liciten de nuevo el servicio”, propuso.
“Los colectivos tienen agujeros, están sucios, se viaja apretado, no hay refugios en las paradas”, enumeró Enrique, del barrio Villa Cabello.
Para Cristina, usuaria posadeña, la suba ya es un hecho, pero exigió a las autoridades municipales presentes que el incremento no sea desmesurado y que se respete nuestro derecho de viajar con cierto grado de comodidad, “no apretados como si fuéramos ganado”.
Romina, que todos los días utiliza las líneas de la empresa Tipoka que circulan sobre la ex ruta 213 se quejó por la escases de frecuencias. “Se jactan de que entran a 15 barrios, pero tienen pocas frecuencias, los colectivos se llenan, no pueden levantar más gente y los pasajeros se quedan horas esperando en las paradas. La gente llega tarde a los trabajos, los chicos llegar tarde a la escuela. Nos tomaron como rehenes con los paros”, dijo.
Por su parte, Rubén, otro usuario del servicio de Don Casimiro, se mostró sorprendido porque las empresas prestatarias siempre dicen que les va mal, pero se mantienen en el negocio “desde los tiempos de nuestros abuelos” y nunca paran de incrementar su capital. “Lloran miseria pero se ve que tan mal no les va”, dijo.
Fuente: Misionesonline