Al momento de su detención, el 27 de mayo del 2014, Juan Ramón Godoy (47) pesaba 160 kilos, padecía obesidad mórbida y hasta le costaba vestirse, reconoció el jueves durante su declaración como imputado en el marco del juicio por el cuádruple homicidio de la familia Knack.
Ante el Tribunal Penal Uno, afirmó que durante los primeros días de su detención fue sometido a golpes y torturas por parte de personal policial e hizo hincapié en la figura del oficial principal Enrique Oscar Arenhardt, el mismo que integró la comisión que detuvo al ex prefecturiano Pablo Julio Paz (54) y quien luego le tomó declaración a Cristian Knack (25) antes de su deceso en el hospital Madariaga.
En ese entonces, Arenhardt integraba la Brigada de Investigación de la Unidad Regional II y participó en las pesquisas de la masacre de Panambí. Ahora, la declaración de Godoy echa luz sobre el accionar de un funcionario público con varios antecedentes por vejaciones en actos de servicio.
Al respecto, fuentes judiciales consultadas precisaron que posee varias denuncias y causas elevadas a juicio que vienen siendo postergadas por sucesivos recursos defensivos.
En su declaración, Godoy contó que el primer golpe se produjo durante su traslado desde San Javier a Panambí. El detenido viajaba en un Corsa de la Brigada y adelante iba su VW Bora, cuando observó que estaban fumando en su coche y le comentó eso a los policías de la Brigada.
“Entonces el oficial Arenhardt me dio un tape en la boca y me dijo que dentro de 40 años mi auto no iba a servir para nada”, indicó.
Días más tarde, en la Seccional Primera de Oberá, “Arenhardt me volvió a agredir con un tape en el oído y me preguntó por Alegre. Yo tenía 160 kilos y me costaba mucho sacarme la ropa; pero me hacían sacarme y ponerme varias veces, en una me caí y Arenhardt me pisó las manos”.
El entramado
En el contexto de las falencias de la instrucción de la causa, cuestión varias veces mencionada por los defensores de los imputados, la figura de Arenhardt es clave en el entramado de la acusación contra Paz y Godoy, ya que fue quien le tomó la declaración a Cristian Knack antes de morir.
Se trata de otra prueba cuestionada por las defensas, puesto que no participaron de tan importante acto para el proceso y donde la víctima mencionó que reconoció a un “prefecturiano o ex prefecturiano” que les compraba madera y que los delincuentes se escaparon a bordo de un VW Bora gris, elementos que avalaron la acusación sobre Paz y Godoy, respectivamente.
Como si faltaran cuestionamientos a la figura de Arenhardt, durante el primer frustrado juicio por la masacre aseguró que Cristian Knack declaró que los delincuentes que irrumpieron en su casa escaparon en “un vehículo oscuro. No dijo la marca ni especificó el color”.
Pero en el segundo debate, el mismo testigo cambió su primera declaración y afirmó que la víctima mencionó que los autores del hecho se movilizaban en “un Bora color oscuro”.
Por otra parte, en su declaración del miércoles, Paz contó que el 27 de mayo recibió un llamado de Marcial Benicio Alegre (54), el tercer imputado, quien le pidió que vaya a constatar si estaban allanando su taller.
“Yo fui a un lugar donde estaba la Policía, no tenía nada que esconder y de golpe quedé detenido”, argumentó Paz.
En tanto, señaló que durante le instrucción solicitó conocer la identidad de los policías que lo detuvieron en San Javier, lo que nunca fue posible. Hasta que Arenhardt declaró en el juicio y lo reconoció como a uno de los funcionarios que lo apresaron cuando salía del taller de Alegre.
Historial de apremios
Actualmente, el oficial principal Arenhardt se desempeña como jefe de la Seccional Primera de la localidad de Dos de Mayo, a pesar de la existencia de varias denuncias y serios cuestionamientos a su desempeño.
A fines de marzo pasado, su defensa interpuso un pedido de nulidad y logró la postergación del juicio oral en su contra por los delitos de “vejaciones y apremios ilegales en actos de servicio”. La víctima denunció que Arenhardt y otro oficial lo golpearon y le rompieron un brazo.
Casualmente, el defensor del policía en dicha causa es el abogado Javier Millán Barredo, el mismo que oficia como querellante a favor de Carlos “Nano” Knack (27), único sobreviviente de la masacre de Panambí.
En tanto, en octubre de 2015, familiares de un joven de 19 años con problemas de salud radicaron una denuncia penal contra Arenhardt por apremios. En ese entonces se desempeñaba como segundo jefe de la Seccional Cuarta de Oberá.
Según el testimonio de Isidro Maidana (19), el oficial ingresó al calabozo, le pidió a un subalterno que llaveara la puerta y lo golpeó durante varios minutos con golpes de puño, patadas y la lanzándolo contra los barrotes. También lo habría tomado de los testículos. Luego del hecho el oficial fue trasladado a Colonia Alberdi.
En febrero de 2014, Norma Martínez denunció que su hijo Miguel Sánchez (15) fue agredido por policías. El chico fue esposado y sometido a una terrible golpiza.
“Mi hijo estaba totalmente ensangrentado y se desvaneció, por eso cuando le subieron al auto el auto un oficial de apellido Arenhardt le pegó para que se despierte”, denunció la mujer.
A mediados de 2012, Celia Dos Santos (40) denunció penalmente a tres efectivos de la Brigada por el supuesto secuestro, tortura y amenazas de muerte que padeció su hijo Luis Ángel Gómez (20) durante un procedimiento irregular. Entre los acusados estaba Arenhardt.
Fuente: territoriodigital