En un breve alegato acusatorio en relación a la magnitud del caso, los representantes del ministerio fiscal solicitaron ayer la pena de prisión perpetua para Juan Ramón Godoy (47), Marcial Benicio Alegre (54) y el ex prefecturiano Pablo Julio Paz (54), imputados por el cuádruple homicidio de la familia Knack.
Asimismo, requirieron al Tribunal Penal Uno que se ordene la continuidad de la investigación del hecho a los fines de determinar quiénes serían las otras dos personas que actuaron en la denominada masacre de Panambí, puesto que a decir de las propias víctimas en agonía, fueron cinco los encapuchados que irrumpieron en su vivienda el 25 de mayo del 2014 alrededor de las 19.
Los delincuentes actuaron con extremada saña, al punto que golpearon, torturaron y quemaron vivas a las víctimas, identificadas Oscar Knack (43), su esposa Graciela Mabel Mojsiuk (42) y sus hijos Bianca (12) y Cristian (25).
El único sobreviviente de la familia fue Carlos ‘Nano’ Knack (27), quien al momento del horrendo hecho se encontraba en la casa de su novia. Precisamente, el joven se constituyó como querellante en la causa.
Tal lo previsto, el alegato de la víspera -que se extendió por una hora y diez minutos- estuvo a cargo de los fiscales Miriam Silke y Elías Bys y coincidió con lo solicitado por la querella, que 24 horas antes pidió la pena máxima para los acusados.
«Debemos decir que sin lugar a dudas quedó probado que el hecho ocurrió y que las personas aquí presentes participaron del mismo», comenzó diciendo Bys, quien relató que «entre las 19 y 19.30 del 25 de mayo del 2014, cinco personas, de las cuales tres fueron identificadas y están en este recinto, ingresaron por la puerta trasera de la casa de la familia Knack y sorprendieron a sus ocupantes, que estaban mirando televisión. Los redujeron y pidieron los aproximadamente 357 mil pesos que Cristian Knack trajo ese día de Corrientes. Los golpearon y después torturaron a la pequeña Bianca».
«Nos interesa la verdad»
Para la fiscalía quedó probado que las víctimas fueron quemadas vivas, puesto que así declararon ellas mismas antes de morir y luego fue determinado por las pericias de rigor.
Cristian dijo que saltaron por la ventana de la habitación donde los encerraron y se revolcó en el pasto para extinguir el fuego de su cuerpo, instancia en la que dijo haber reconocido a uno de los delincuentes que se quitó la máscara, a quien identificó como «el prefecturiano o ex prefecturiano» que les compraba madera.
«Cristian corrió hasta la ruta», aseguró Bys, donde observó que los autores del hecho ascendieron a un Volkswagen Bora.
El joven falleció el 30 de junio, producto de los golpes y quemaduras. Antes declaró ante la Policía en el hospital Madariaga de Posadas y aportó datos del hecho.
Para Bys, «la investigación fue eficiente y se respetó el debido proceso porque nos interesa la verdad real». De todas formas, el Bora fue secuestrado el 27 de mayo en San Javier, casi un mes antes de la declaración de Cristian.
Para la fiscalía fue clave el testimonio de Norma Báez y su esposo José Luis Ramírez, quienes afirmaron que el 25 observaron un Bora gris en inmediaciones de su casa en el kilómetro 14 de Panambí, camino a Mojón Grande, que conecta con San Javier.
En ese tramo mencionan que el coche rozó una rama en una alcantarilla que dejó una impronta compatible con una marca en el lateral del Bora.
En tanto, si bien un hijo de Godoy aseguró que el 4 de mayo de 2014 tuvo un accidente de tránsito y un chapista confirmó que el imputado le pidió un presupuesto para la reparación, a decir de Bys las pericias indicaron que hubo dos roces. Ponderó el testimonio de Raúl Rodríguez Quevedo, ex pareja de una sobrina de Godoy, quien puso en dudas la coartada del imputado al asegurar que el 25 a la noche lo vio lavando su auto.
Asimismo, declaró que días antes del hecho, en Panambí, el acusado le comentó que le habían ofrecido ser partícipe de un atraco a un aserradero y se quedaría con 50 mil pesos del botín.
También la ex suegra de Godoy mencionó que se cruzó con él camino a Mojón Grande, la tarde-noche del mismo 25, cuando el imputado dijo que ese día no salió de San Javier.
Las pruebas
A su turno, la fiscal Silke abundó en detalles de la escena del crimen y defendió el trabajo de los peritos. Dijo que dieron con una huella que resultó coincidente con una alpargata secuestrada en la casa de Paz, ya que «el desgaste» refleja pisada de quien la usa.
Para justificar el hallazgo de las fracciones de huellas dactilares compatibles con el ex prefecturiano en una caja de zapatos donde los Knack guardaban el dinero, mencionó que Cristian comentó que los delincuentes usaban guantes con los dedos cortados.
«Se encontraron dos fracciones de huella que en total coinciden en 20 puntos característicos, de los 12 sugeridos por protocolo», agregó.
En la misma escena del crimen fue hallada una barreta de hierro que coincide con los dichos de Bianca y Cristian, quienes afirmaron que los malvivientes irrumpieron armas con una barreta y un revólver. Ambos también coincidieron en que fueron cinco los encapuchados.
Al respecto, la fiscal manifestó que «se encontró una capucha de fabricación casera con restos de vegetación y ocho fibras de cabello», material que fue analizado y determinó «fluidos biológicos coincidentes con ADN de Paz y cabellos coincidentes con ADN de Godoy».
«En la denuncia de Cristian, casi un mes después del hecho, surgió que el prefecturiano o ex prefecturiano compró madera un par de veces y que su padre celó de él. Añadiendo el mismo Cristian que el nombre debía estar en un cuaderno donde su mamá anotaba las ventas. Su hermano confirmó que esto era así, pero en ningún cuaderno se encontró el nombre de Paz», reconoció Silke.
Para cerrar su idea, especuló con que «el cuaderno se pudo haber quemado» o la señora Knack «lo tiró para no tener conflictos con su esposo» debido a los celos expresados, una conjetura alineada a lo expresado antes por la querella.
ADN y olvidos
Desde la fiscalía indicaron que tanto la llamada anónima que apuntó la investigación hacia San Javier, como la declaración de Cristian, fueron cuestionadas reiteradamente por la defensa y, a la vez, avaladas por las distintas instancias judiciales, pero nunca reclamaron los resultados de ADN ni de las huellas dactilares. Nunca ofrecieron peritos de parte ni se opusieron a las mismas», remarcó. Tras ello calificó como «impecable» la cadena de custodia.
A decir de la fiscal, la relación entre los tres imputados fue probada por los dichos de Gustavo Dos Santos, propietario de un restaurante de San Javier, aunque en el debate el testigo no recordó que haya visto juntos a los tres. «Es lógico porque pasaron muchos años», opinó Silke.
En el mismo sentido destacó el aporte del testigo José Humberto Pérez, ex cuñado de Godoy, quien afirmó que varias veces lo acompañó al taller de Alegre. «Mencionó que Godoy le dijo que haría un cumpleaños inolvidable para su esposa y que Alegre le propuso cometer un atraco en Virasoro, pero que había que quemar todo para que no queden testigos», remarcó.
También hizo referencia al papel de los medios que cubren el debate y hacen «aparecer como víctimas a los imputados. Se mostraron como perejiles ante la prensa. Hablaron de complot y perejiles, pero nuestro Código Procesal Penal es muy generoso en cuanto a los imputados, siempre dentro del marco del debido proceso», indicó.
Y les dedicó una frase a los codefensores: «Nadie puede alegar su propia torpeza, con todo el respeto que me merecen los colegas».
Para la fiscalía, la investigación, las pericias y los testimonios prueban la responsabilidad de los imputados. «Tenían armas, pasamontañas, sabían que Cristian llevó dinero», argumentó, aunque no explicó cómo los imputados habrían obtenido ese dato.
Posible pedido de nulidad
Tras el alegato de la fiscalía, la codefensora María Cristina Salguero mencionó que «según el Código de Procedimiento Penal no se puede leer el alegato y el fiscal Bys leyó su parte de punta a punta», por lo que no descartó la nulidad del acto.
También se refirió al papel de la prensa en el la cobertura del debate oral y público.
«Dicen que se armó un show mediático, pero no concuerdo para nada. La comunidad quiere y necesita saber y estar informada. Creo que todos los medios fueron muy plurales en este juicio.
Me consta que vienen antes que todos y se van por último. Así que decir que fue un show es descalificar el trabajo de los profesionales de los medios. Y en todo caso, la fiscalía y la querella también fueron parte del show porque todos los medios les dieron micrófono y espacio», opinó Salguero.
El debate continuará el próximo miércoles, desde las 8.30, con los alegatos de las defensas.
Fuente: territoriodigital