Ramón Alberto R. es un verdadero pervertido. Abusó sexualmente de seis niñas, todas familiares suyas, entre 2010 y 2016. El degenerado manoseó a cinco de ellas y a una accedió carnalmente. Aprovechaba siempre las ausencias de su mujer para cometer los actos aberrantes que lo llevaron a prisión. Ultrajaba a las pequeñas en su residencia, en el comercio que atendía y hasta en su moto o camioneta.
Ahora le llegó la condena al abusador. Se declaró culpable y fue a un juicio abreviado. La defensa y la Fiscalía acordaron para él una pena de 13 años de encierro, por una gama de delitos sexuales que incluye la violación, los tocamientos y la exhibición obscena.
Todo el horror sucedió en una casa del barrio 8 de Diciembre de Puerto Esperanza, en la casa donde Ramón vivía con su concubina. En el mismo predio atendía un comercio.
La primera víctima del degenerado fue N., sobrina de su mujer. Empezó a manosearla el día en que la bautizaron, a los 7 años y siguió hasta los 16.
En ciertas oportunidades, cuando la nena tenía con once años, el imputado intentaba accederla carnalmente y se masturbaba, logrando eyacular delante de la misma.
Fue la joven quien sacó a la luz la barbarie. El 22 de abril de 2016 se animó a contarles a unos tíos lo que estaba pasando. El último abuso había sido dos meses antes de esa fecha.
La segunda presa del hombre fue una nieta de su pareja. Empezó a ultrajarla desde que ella tenía cinco años. Cada vez que podía, se acercaba y la manoseaba: el rostro, el cuello, las piernas. En una ocasión, la espió por la ventanilla del baño y le mostró sus partes íntimas.
A otra nieta de su concubina la acosaba y abusaba de ella en la casa y en el negocio. Los minutos en que la abuela de la pequeña estaba en la ducha o en otro sector de la residencia eran aprovechados por Ramón para su macabro plan.
No escapó del abusador ni su propia nieta biológica, la cuarta víctima. La visitaba de noche, mientras todos dormían, la desvestía y ultrajaba.
La quinta víctima tiene apenas cuatro años. Es hija de un hijo de su concubina. A esta criatura la violó analmente. El certificado médico fue contundente en cuanto a las lesiones que presentaba la chiquita.
Finalmente se le atribuye responsabilidad penal a Ramón Alberto por el hecho de haber abusado de una nena de apenas tres años, nieta de su mujer. Los tocamientos impúdicos fueron el arma, como en los casos anteriores.
Aberrante por donde se lo mire. El hombre está alojado en la Unidad Penal Tres de Eldorado, ahora con una condena a cuestas.
El fallo condenatorio lleva la firma de los integrantes del Tribunal Penal de Eldorado: Atilio León, Lyda Gallardo y María Teresa Ramos.
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