Fue uno de los casos más resonantes de los últimos tiempos en la zona Centro y parece encaminado a terminar en nada. Transcurridos más de cuatro años, los avances fueron mínimos, a pesar de las contundentes pruebas que aportó la Secretaría de Apoyo para Investigaciones Complejas (Saic).
En febrero del 2014, la Jefatura de la Unidad Regional II de Policía inició una investigación interna con el foco puesto en dos comisarios obereños que eran asiduos concurrentes al casino de esta ciudad.
Pero la pesquisa tuvo derivaciones impensadas: en el hotel de la citada casa de juegos un grupo de ciudadanos chinos recibía la visita de chicas menores de edad, en presunta complicidad con los encargados del lugar.
Los dos oficiales superiores fueron relacionados con las actividades de los extranjeros y estalló el escándalo. Ambos fueron puestos en disponibilidad por la fuerza, en paralelo a la causa penal a cargo de la jueza de Instrucción Uno, Alba Kunzmann de Gauchat.
En tanto, desde un primer momento las menores implicadas -de 15, 16 y 17 años- desligaron a los policías de las fiestas sexuales que se habrían realizado en el hotel del casino.
En consecuencia, el 15 de mayo pasado el Juzgado de Instrucción Uno, con intervención de la Secretaría Dos, a cargo de Eugenio Bertoncini, dictó el sobreseimiento con respecto al comisario inspector Miguel Ángel Espíndola y al comisario mayor Héctor Daniel Cabaña por la “presunta comisión de los delitos de corrupción de menores e incumplimiento de los deberes de funcionario público” que se le imputara.
Al respecto, El Territorio averiguó que los citados se consideran “víctimas de una interna policial” y analizan iniciar acciones legales contra aquellos que en 2014 integraban la cúpula de la fuerza.
Cómo sigue
Además de los comisarios, también fueron imputados dos ciudadanos chinos, un allegado a éstos y un integrante del staff del casino. Con el sobreseimiento de los comisarios, ahora la investigación se centrará en los demás imputados.
Tampoco será sencillo que la causa prospere, ya que fuentes oficiales reconocieron que los chinos ni siquiera fueron notificados porque se habrían escapado del país.
Desde un primer momento el más comprometido por las menores fue identificado como Chen Guag T., alias ‘Martín’, quien era propietario de supermercado en la localidad de Campo Grande.
Según el expediente, las chicas mencionaron que Martín fue quien las invitó al hotel del casino el 18 de febrero del 2014 para festejar su cumpleaños. Reconocieron que no era la primera vez que iban al mismo lugar en compañía de los chinos.
Por su parte, si bien los comisarios prestaron declaración indagatoria y se desligaron de las supuestas orgías, reconocieron que entre la noche del 18 de febrero y la madrugada del 19 de 2014 participaron de la celebración del cumpleaños que se realizó en la terraza del hotel, pero no se registraron como huéspedes.
Hija de un policía
Un dato no menor es que ninguno de los padres de las menores radicó denuncia alguna, lo que habría complicado mucho más a todos los implicados.
Incluso, una de las chicas es hija de un policía de Oberá. Por su parte, la jovencita declaró que era novia de “Alex”, uno de los chinos implicados.
En un primer momento la chica se mostró reacia a colaborar y no aportó datos sobre las identidades de otras menores, las que luego fueron identificadas.
“Estoy metida en el quilombo porque se me ve en el video que entro al casino. Como los de seguridad saben que soy hija de un policía me caen en mi casa para que le dé los nombres de las chicas, como no cooperé me llevaron una citación”, reconoció la propia menor en su perfil de Facebook.
Prueba clave
En marzo del 2014, personal de la Saic allanó las instalaciones del hotel, tras lo cual analizaron cientos de horas de filmaciones de las cámaras de seguridad del lugar y elevaron un informe a la Justicia.
Con las pruebas halladas, las autoridades judiciales entendieron que existían elementos suficientes para avanzar con el expediente judicial. Las grabaciones de las cámaras y el testimonio de varios empleados resultaron claves para confirmar la presencia de las chicas menores de edad en el lugar.
Oportunamente, El Territorio accedió a una secuencia de imágenes donde se observa a un chino (quien sería Martín) ingresando al hotel con tres menores, con las que luego tomó el ascensor. También se lo ve dialogando con el conserje.
Complicidades
Entre los testimonios recepcionados en la instrucción judicial, se encuentra la versión de conserjes del hotel del casino, quienes confirmaron la presencia de las jovencitas.
Al mismo tiempo, si bien las filmaciones ubican a los oficiales en los pasillos del hotel y en la terraza, los empleados sindicaron a los chinos como acompañantes habituales de las jovencitas.
La trama de complicidades avanzaba hasta la administración del lugar, al punto que la gerencia habría creado una sigla para registrar a las menores de edad sin despertar sospechas.
“Nunca hubo restricción para el ingreso de menores, lo único que se controlaba era que no ingresen solos. Cuando ingresaron una vez al hotel yo no tenía registro de las chicas, el gerente me llama y me dice que les asigne una habitación, hasta me decía la habitación. Sube el chino y demás, vuelven a bajar y después suben con las chicas a la habitación, y cuando llamo al gerente para saber qué hacer con el caso especial de esta gente, me dijo ponele como NN”, detalló un empleado en el expediente.
Consultado sobre la edad de las chicas, precisó que “se notaba que algunas eran menores de edad”, al tiempo que explicó: “Solamente a los chinos se los registraba en el sistema y que yo tenga conocimiento no existe base de datos con información de las acompañantes”.
Trato especial
Otro empleado declaró: “A mí, el gerente general del hotel me decía que las registre como xxhouse use, generalmente éste solicitaba que no molestemos con solicitudes de registro a los chinos. Los chinos simplemente se acercaban hablando con el gerente y él solicitaba las tarjetas para ingreso a las habitaciones”.
Sobre las xxhouse, explicaron que “es un invento a solicitud del gerente, debido a que no nos permitía molestar ni solicitar registro alguno de las acompañantes de los chinos. Se creó una ficha con ese nombre como si fuera una persona que alguna vez se registró en el hotel”.
El trato preferencial que tenían los chinos se fundaba en las fuertes sumas que apostaban en el casino, a razón de cien mil pesos por semana.
El Territorio
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