El rugbier rompió el silencio y pidió declarar tras ser apuntado por los forenses en la novena audiencia del juicio. Fue el primero de los ocho imputados en quebrar el silencio al que el grupo se aferró. Según Hugo Tomei, su defensor, se trató de una exposición espontánea.
Habían pasado una hora y cuarenta y cinco minutos del inicio de la novena audiencia del juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa cuando ocurrió lo inesperado. Desde la cuarta silla de la segunda hilera del banquillo de los acusados, Luciano Pertossi le hizo un gesto a su abogado, Hugo Tomei. Hacía rato que se lo veía inquieto. Segundos después, el imputado se puso de pie y se sentó frente al Tribunal.
“Quiero aclarar algo, ¿lo hago? Yo no estaba ahí”, aseguró el acusado ante la mirada atenta de los jueces María Claudia Castro, Emiliano Lázzari y Christian Rabaia.
Fue el primero de los ocho imputados en hablar en todo el proceso.
El disparador de la reacción de Luciano Pertossi fue un video de la pelea de la madrugada del 18 de enero de 2020 que se proyectó en la sala.
La secuencia, una de las menos conocidas del caso, está filmada desde la vereda de enfrente de Le Brique. Se ve lo que sucede en la parte lateral, delantera y posterior de un auto gris que estaba estacionado sobre la Avenida Tres. Minutos antes, Yanina Cuenca, Agostina Matticoli, Ricardo Gabriel Pisoli y Andrés Bruzzese, miembros de la PFA especializados en análisis facial forense, habían exhibido ese video, pero no habían identificado a Luciano Pertossi.
Llegó el turno de las preguntas y el particular damnificado, a cargo de Fernando Burlando, Fabián y Facundo Améndola, se puso insistente: querían que los cuatro peritos marcaran a una persona cuya silueta se divisaba atrás del auto “haciendo ademanes”: “De todos los que identificaron, ¿cuántos tenían remera o prenda superior negra?”.
Los peritos contestaron: “Lucas Pertossi, Luciano Pertossi y Máximo Thomsen”. La querella siguió: “De esos tres, ¿cuántos tenían pantalón largo”. “Lucas y Luciano”, respondieron los peritos. “¿Alguno tenía una marca blanca en la remera?”, siguieron los abogados.
Después de retroceder una y otra vez la secuencia y de agrandar los cuadros de la imagen, Cuenca, Matticoli, Pisoli y Bruzzese identificaron a alguien con una prenda negra oscura. “No llegamos a determinar mucho más”, dijeron. Burlando buscó precisión: “¿Quién era el sujeto número once en la filmina 75, entonces?, preguntó en referencia a las imágenes que se habían proyectado previamente en la pantalla.
Cuestionario del fiscal a Pertossi
“¿Dónde estabas en ese momento?”, preguntó el fiscal Gustavo García. Pertossi, ya un poco más firme, replicó: “No te lo voy a aclarar. No te voy a responder”.
La fiscalía arremetió: “¿Quién es la persona que estaba adelante?”. El imputado volvió a evadir la respuesta. Visiblemente nervioso, dijo: “No te voy a responder”.
– “¿Quién es la persona de negro que está atrás del auto?”, insistió, luego, el particular damnificado.
– “No quiero responder ninguna otra pregunta, no se esfuercen porque no voy a responder más nada”, dijo.
En medio del ida y vuelta, la presidenta del tribunal, María Claudia Castro, pidió terminar con las preguntas y solicitó dejar asentado que el imputado no iba a responder. “Ya lo dejó en claro”, sostuvo y llamó a un cuarto intermedio: eran las 12.25.
Aunque pareció breve, la “aclaración” de Luciano Pertossi duró diez minutos. Cuando se puso de pie, barbijo mediante, el acusado miró hacia donde estaba su mamá y levantó las cejas. Rápidamente, el personal del Servicio Penitenciario Bonaerense le colocó las esposas y lo retiró de la sala junto al resto.